Cada día odio más la televisión, al poner las noticias solo
veo historias de crímenes, guerras, malos tratos y políticos corruptos
prometiendo flores cuando solo regalan espinas.
Como cada día cojo el autobús que para a tres kilómetros de
mi casa para ir a un trabajo donde cobro una miseria y trabajo 12 horas al día;
mi jefe lleva un Audi de los más caros y yo me tengo que conformar con una
bicicleta vieja que siempre tiene la rueda pinchada.
Después nos dicen de igualdad, que los empleados deben ser
amigos de los jefes ¿o era al revés? Pues a mí me daría igual si mi jefe se
empotrara contra la pared de la tienda.
Una vez vino una nueva chica, no tendría más de 18
años y vino pidiendo trabajo… ya no queremos estudiar y nos rebajamos tanto que
hacemos lo que sea por trabajo. El jefe muy atento la recibió en su
despacho a puerta cerrada, Dios sabe lo que le hizo a la pobre chica que salió con los ojos llorosos pero con un contrato de trabajo en la mano.
Desde que esta empresa cambió de dueño las cosas no fueron igual, lo primero que hizo fue poner una norma para las mujeres que somos la
mayoría de las trabajadoras, no podíamos venir con pantalón o faldas largas e
incluso una de mis compañeras fue despedida por no querer entrar en el despacho
con el jefe, ella está casada y está embarazada y en cuanto se lo comunicó al
jefe le dijo que si de verdad quería su trabajo debía hacer unas cuantas
excepciones y favores extras que se le gratificarían… ella se negó y se vio en
la calle por estar embarazada.
Un par de abogados entraron por la puerta con una queja de
la chica, salieron sonriendo con el jefe y hablando de que cada día más las
mujeres queremos ser algo más en cuanto solo servimos para fregar y criar a los
niños, si queremos trabajar tendremos que comportarnos bien. No pensaba que las
cosas se fueran a poner tan feas…
Pasado un mes del despido de la chica embarazada han sido
muchas las que han visto la calle y otras muchas las que han subido de nivel,
yo por ahora no he tenido que entrar a su despacho para nada, aunque estos días
atrás me dijo que mi falda era demasiado larga y que si no quería estar en la
calle prostituyéndome que me pusiera minifalda pues si me despedía nadie más me
volvería a coger.
Es más un día ni siquiera vino el jefe, es raro pues
siempre viene a la hora del almuerzo y estábamos a punto de irnos a comer. Antes
de cerrar vino la policía preguntándonos a todas por la chica que despidió,
creo que se llamaba Dora; nos dijeron que cuando nuestro jefe se dispuso a
coger el coche un atacante le había dado una gran paliza y estaba en coma en el
hospital… todas nos quedamos calladas pero por dentro nos alegramos y sabíamos
que había sido el marido de Dora el que lo había hecho pero dicen que la unión
hace la fuerza, si esta clase de tipos creen que las mujeres somos objetos
tendrán que darse cuenta de una forma u otra de que eso cambió hace años.
A los 3 días nos dijeron que nuestro jefe había sido
despedido y encarcelado por acoso ya que unas 25 mujeres habían denunciado su
caso, fue una sorpresa, y más sorpresa aún cuando nos dijeron que pronto
vendría nuestro nuevo jefe puesto que era una empresa pequeña guiada por una
multinacional y no podía estar ni un solo día cerrada. La policía había
encontrado al “ladrón” que había agredido al jefe pero lo tuvieron que soltar
por falta de pruebas. Pensaba que nada cambiaría que nos traerían a otro salido
que nos iba a tratar como trapos pero esta vez tuvimos suerte.
De esto hace ya 5 años y ahora somos mujeres trabajadoras,
comprendemos que hay trabajos que no podemos realizar pero dentro de nuestro
poder se nos trata con igualdad ante el resto de las personas. Sigo odiando la
televisión y sigo con el autobús de siempre pero esta vez tengo ilusión por
llegar al trabajo ya que me puedo superar a mí misma.
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