Como te puede cambiar tanto la vida de un día para otro…
De ser una persona “independiente” que, aunque comparta su vida con otra persona, siempre va un paso por delante, que necesita su espacio, que le gusta salir sola, viajar, leer, la soledad y la tranquilidad. Alguien que lo tiene todo, tiene la comodidad de una casa y saber que podrá pagar el alquiler todos los meses, que podrá salir con sus amigos el fin de semana, que podrá hacer lo que quiera porque ella manda en sus decisiones…
De un día para otro dejas de compartir la vida con esa persona y todavía tienes más libertad… entras y sales cuando quieres y vives tu juventud como te gustaría haberlo hecho antes… Pero falta algo, hay un vacío que intentas llenar pero nunca acabas de hacerlo…
Tienes claro que no quieres otra relación… y que muchísimo menos quieres tener hijos. Lo que quieres es viajar, vivir, conocer gente y lugares, estudiar… para nada te atarías a otra persona y menos aún te atarías a un hijo, menuda responsabilidad, encima los niños no es que sean santo de tu devoción… ¿no? Si, decidido… si te quedas soltera pues nada, hoy en día no necesitas pareja para ser feliz…
El caso está en que un día cualquiera alguien se cruza en tu camino… alguien que en un principio es un soplo de aire fresco a tus aburridos días, alguien que poco a poco se va haciendo un hueco en tu vida, en tu mente y en tu corazón… Alguien que te hace ver la vida de otro modo, de un modo que tú conoces. Te hace replantearte muchas cosas porque su alrededor está lleno de cosas que tu no tenías previstas para tu futuro pero es tarde, ya te has enganchado a esa persona y no pues alejarte, te da igual lo que tenga a su alrededor, te da igual que no entrara en tus planes de futuro…
Pasa el tiempo y te das cuenta de que la vida no siempre sale como tú la habías planeado… Te despiertas un día sabiendo que vas a ser madre, eso que siempre dijiste que jamás harías y lo peor es que te hace ilusión… aunque lo escondes al principio quizá por miedo, quizá porque tu mente no estaba preparada, porque no estaba en tus planes… pero tú quieres serlo. Y siguen habiendo cosas que tampoco entraban en tus planes porque ahora, orgullosa, luces en tu mano un anillo de compromiso, un compromiso que jamás pensaste tener, un compromiso que te juraste que jamás tendrías… Ale, planes al traste… ¿O no?
Ahora tus planes tienen que contar con alguien más y te gusta, te gusta sentirte feliz, sentirte querida, te gusta notar ese burbujeo que crea tu bebé de vez en cuando, te gusta sentir como tu cuerpo va cambiando poco a poco y te vas sintiendo cada vez más ilusionada… Te gusta pensar que en un futuro alguien dependerá de ti, al menos parte de su vida… ¡Y tu no quería responsabilidades!
Como cambia la vida de una persona de un día para otro…
De ser una persona “independiente” que, aunque comparta su vida con otra persona, siempre va un paso por delante, que necesita su espacio, que le gusta salir sola, viajar, leer, la soledad y la tranquilidad. Alguien que lo tiene todo, tiene la comodidad de una casa y saber que podrá pagar el alquiler todos los meses, que podrá salir con sus amigos el fin de semana, que podrá hacer lo que quiera porque ella manda en sus decisiones…
De un día para otro dejas de compartir la vida con esa persona y todavía tienes más libertad… entras y sales cuando quieres y vives tu juventud como te gustaría haberlo hecho antes… Pero falta algo, hay un vacío que intentas llenar pero nunca acabas de hacerlo…
Tienes claro que no quieres otra relación… y que muchísimo menos quieres tener hijos. Lo que quieres es viajar, vivir, conocer gente y lugares, estudiar… para nada te atarías a otra persona y menos aún te atarías a un hijo, menuda responsabilidad, encima los niños no es que sean santo de tu devoción… ¿no? Si, decidido… si te quedas soltera pues nada, hoy en día no necesitas pareja para ser feliz…
El caso está en que un día cualquiera alguien se cruza en tu camino… alguien que en un principio es un soplo de aire fresco a tus aburridos días, alguien que poco a poco se va haciendo un hueco en tu vida, en tu mente y en tu corazón… Alguien que te hace ver la vida de otro modo, de un modo que tú conoces. Te hace replantearte muchas cosas porque su alrededor está lleno de cosas que tu no tenías previstas para tu futuro pero es tarde, ya te has enganchado a esa persona y no pues alejarte, te da igual lo que tenga a su alrededor, te da igual que no entrara en tus planes de futuro…
Pasa el tiempo y te das cuenta de que la vida no siempre sale como tú la habías planeado… Te despiertas un día sabiendo que vas a ser madre, eso que siempre dijiste que jamás harías y lo peor es que te hace ilusión… aunque lo escondes al principio quizá por miedo, quizá porque tu mente no estaba preparada, porque no estaba en tus planes… pero tú quieres serlo. Y siguen habiendo cosas que tampoco entraban en tus planes porque ahora, orgullosa, luces en tu mano un anillo de compromiso, un compromiso que jamás pensaste tener, un compromiso que te juraste que jamás tendrías… Ale, planes al traste… ¿O no?
Ahora tus planes tienen que contar con alguien más y te gusta, te gusta sentirte feliz, sentirte querida, te gusta notar ese burbujeo que crea tu bebé de vez en cuando, te gusta sentir como tu cuerpo va cambiando poco a poco y te vas sintiendo cada vez más ilusionada… Te gusta pensar que en un futuro alguien dependerá de ti, al menos parte de su vida… ¡Y tu no quería responsabilidades!
Como cambia la vida de una persona de un día para otro…