Ojos tristes, es lo que
veía cada mañana cuando se miraba al espejo…unos ojos hartos de llorar, hartos
de sufrir, unos ojos rojos quizá por no dormir.
Trabajaba de día
limpiando casas y de noche escribía, pensaba que iba a ser su escape, sus
novelas, esos relatos un poco más largos de lo normal que tanto le gustaba
escribir, que tanto le ayudaban a olvidarse de su vida. Era una chica joven
pero con un carácter marcado por las desgracias…
Carlota tiene ahora 20
años, cuando tenía tan solo 6 años su madre murió en un accidente de coche al
volver del trabajo, volvía cansada de tantas horas mal pagadas para poder sacar
adelante a una familia que había estado en un lugar bastante bueno pero que por
no saber administrar cayó en la ruina.
Trabajaba en un almacén
por las mañanas y en un bar de mala muerte de noche, su madre apenas tenía 26
años cuando una noche volviendo a casa con su moto se le cerró los ojos y se
estrelló contra la quita miedos.
Ella casi no se dio
cuenta pero fue una gran pérdida que acabo de hundir a su padre, con 30 años y
viudo.
Así como muchos se
podrían haber tirado a la bebida, a las drogas o a cualquier otra cosa, Ben sacó
fuerzas y empezó con un nuevo trabajo. Cobraba poco pero tenía para cuidar de
ella, la única hija de un matrimonio joven.
Con 15 años, hace apenas
5, su padre decidió que no podía vivir sin su amaba Julia, cuando la miraba
veía en ella a su madre cuando empezaban a ser novios, no se sabe porqué, unos
dicen que es porque Julia fue a visitar a su amado para decirle que lo echaba
de menos, otros dicen que tras esa fachada de haber superado la muerte de su
madre había un hombre hundido, el pueblo hablaba pero ella no hacías caso; su
padre se quitó la vida, volvió al sitio donde su amada Julia perdió la vida y
allí se dejó morir, el como nunca se lo dijeron a ella…
Una mañana, harta de
limpiar escaleras y de recibir insultos de gente que llevaba tantos billetes en
la cartera que les oprimían e impedían que les llegara la sangre al cerebro,
dejó el cubo y fue decidida a intentar cambiar su vida, llevaba semanas
escribiendo algo que pretendió fuera su biografía pero siendo tan joven pensó
que no tendría resultado, la cambió un poco, le puso algo de suspense y la
vendió como su primera novela.
Un agente que cogía a
chicos y chicas jóvenes para intentar que fueran algo la acabó llamando, no era
mucho lo que le ofrecían, solo 2000€ para empezar pero para Carlota ese dinero
era una salida temporal de su trabajo de fregona.
Tardaron en aceptar su
novela, pero cuando su agente le llamo para decirle que un editor se había
interesado por su novela no pudo evitar llorar al pensar en que su vida iba a
cambiar y que al fin podría llevarles un precioso ramo de flores a sus padres
como el que hace años les pudo llevar gracias a su tía que es con la que vivía
ahora.
Celebró su éxito con su tía Sara a base de
chupitos de tequila, risas, llantos recordando a sus padres y charlas.
Sara era la gemela de
Julia, era soltera, una vez se podría haber casado pero su hermana le dijo que
no tenía buen presentimiento, había soñado algo malo que no le pudo contar
porqué a los 3 días fue cuando falleció.
El que iba a ser el marido de Sara acabó
casándose con una pobre chica a la que maltrató aun embarazada de sus 3 hijos,
a causa de aquello uno de esos niños nació enfermo y acabó muriendo a los 3
meses; Sara le daba cada día las gracias a su hermana por haberla salvado.
Carlota empezó su nueva
vida, sin lujos, simplemente puso al día el alquiler de la casa donde vivía con
su tía, llenó la nevera y la despensa, fue con Sara a comprarse ropa nueva y la
invitó a comer a un restaurante chino que para ellas era un lujo.
El libro fue comprado
por la mayoría de la gente del pequeño pueblo donde vivían que contaba tan solo
con 850 habitantes, la mayoría habían seguido los pasos de Carlota, había leido
sus relatos en la revista mensual del pueblo, y lloraron con ella la muerte de
sus padres.
Así pasaron 6 meses
hasta que le propusieron hacer una firma de su libro, ya estaba escribiendo su
próxima novela, esta vez algo más alegre aunque nadie sabía de que iba, solo se
sabía que las protagonistas eran dos gemelas. La firma fue todo un éxito, fue
gente de medio país, aún estaba en trámites pero el libro llevaba 6 meses a la
venta y se emocionó al ver la tantísima gente que había ido a conocerla.
A la firma llegó un
chico, se quedó el último, ya había anochecido, le dijo que quería hablar con
ella, que entendía que era famosa pero que él no era ningún fan loco, ella rió
al oír la palabra “famosa”, ni siquiera se había planteado el echo de que medio
país había leido su libro, su vida…
Este chico se presentó como
Andrei, tenía unos ojos azules penetrantes y un pelo negro brillante, era algo
y atractivo pero tenía algo que le hacía diferente, una mirada limpia, sincera…
Después de que decidiera
tomarse un café con él le estuvo contando que se había identificado mucho con
su libro, había perdido a sus padres adoptivos con apenas 9 años, tenía 23 y
lloró muchísimo leyendo aquella “novela”;
Carlota le confesó que
aquella novela era su vida, que vivía con su tía, sus padres habían fallecido y
decidió plasmarlo en un papel que acabó siendo la novela que la metió en el
mundo de los escritores.
Charlaron y charlaron
hasta bien entrada la madrugada, Andrei la acompañó hasta casa, se dieron el
teléfono y prometieron llamarse. Su tía Sara se alegró pero la avisó de que podía
ser que quisiera aprovecharse de ella, que tuviera cuidado.
Cuando Carlota presentó
su nueva novela “Las gemelas” llevaba meses hablando con Andrei, habían echo
una muy buena amistad, incluso él la ayudó a acabar su novela. Carlota no era
una chica guapa, pelirroja, con pecas, un pelo largo y liso que la hacía
parecer una niña, unos ojos verdes profundos y algo más alegres que hacía un
año, alta y esbelta, y a veces demasiado tímida nunca había sido vista con
chicos. Ahora la fama le había venido de golpe y temía que su nueva novela no
tuviera éxito pero su tía le dijo que las historias de gemelas siempre gustaban
a la gente.
Su agente la llamó a las
pocas semanas de que saliera su libro, se habían vendido el doble que de su
primera novela tan solo a 10 semanas de la publicación del libro, la gente
había acogido a “Las Gemelas” con entusiasmo. Esta vez la celebración fue con
Andrei, una cena que acabó en una petición poco común.
Andrei sabía que solo
eran amigos pero se había enamorado de Carlota, no por su dinero ya que sus
padres adoptivos le dejaron una buena fortuna ya que eran una de las familias
más ricas de la ciudad de al lado, se había enamorado de sus letras cuando leyó
su primer libro y había decidido que debía conocerla. Carlota no supo que decir
y se fue corriendo. Cuando lo habló con su tía estaba nerviosa, le temblaban
las manos, ella le quería y quería casarse pero estaba indecisa, no era más que
una niña de 22 años recién cumplidos…
La boda se celebró en la
pequeña iglesia del pueblo, radiante de blanco, la novia llegó del brazo del
tío de Andrei, su tía fue la madrina. Una pequeña ceremonia, sencilla, con la
gente más querida, aunque podían permitirse una boda lujosa, Carlota sabía que
era humilde y nunca iba a cambiar por muchas novelas que vendiera.
El tío de Carlota estuvo
durante toda la ceremonia lejos de Sara aunque estaba sentado en la misma mesa,
la mujer, Susana estaba en casa recuperándose de un aborto. Era un hombre
joven, apenas llegaba a los 40 años pero Sara lo conocía muy bien, era aquel
hombre con quien se iba a casar y al final dejó plantado por consejo de su
hermana; lo que nadie nunca supo fue ese hijo que tuvo y dio en adopción, solo
lo sabía su hermana, y entre ellas quedó el secreto.
Acabada la boda Carlota
y Andrei su fueron a su nueva casa, una pequeña casa de 3 habitaciones; justo
al lado le habían comprado un modesto piso a su tía, no quería dejarla sola,
era joven pero había sido su madre y su mejor amiga durante los años que vivió
con ella.
Un día cuando Carlota le
preguntó que porque odiaba tanto a Omar, el tío de Andrei, ella le contó la
historia, la humilde escritora decidió encontrar a esa prima, ya que había sido
una niña, con el dinero que había ganado de su última novela “Polvo en el
viento” editada solo 3 meses después de su boda. La búsqueda comenzó por el
lugar donde llevo Sara y Julia a la criatura, un orfanato a 400 kilómetros de
su casa, había inventado una beca en una gran ciudad para ocultar ese embarazo,
no quería criar a esa criatura, no quería que creciera con un padre que la
golpearía como hacía con los hijos que había tenido con Susana. La niña resultó
llamarse Laura, fue dada en adopción a una familia humilde pero buena, tenía
ahora 19 años, estudiaba y sus padres eran un matrimonio de ancianos que la
adoraban. Sara no quiso interponerse pero Carlota la fue a buscar, tan solo
vivía a 10 minutos de su casa, resultó ser una fan de Carlota.
Se sentó a hablar con
ella y sus padres, entendió que tenía una madre que la quería pero que entendía
que tenía otra familia; Laura le dijo que desde niña sus padres le habían
explicado que tenía una madre que la quería pero que no había podido hacerse
cargo de ella, que algún día quizá podría buscarla. Para sorpresa de Carlota,
su prima accedió a ir a conocer a su verdadera madre, lo cual fue una sorpresa
para Sara.
Omar se enteró de que su
“hija” había vuelto a conocer sus raíces y decidió dar la cara en casa de
Carlota y Andrei.
No fue bienvenido ni
siquiera por su sobrino que se había enterado de las palizas que le propinaba a
su mujer, ayudó a Susana a que lo dejara y se fuera con sus hijos a empezar una
nueva vida. Laura no quiso saber nada de su padre, había oído la historia y
nada quería saber de tan cruel personaje.
Omar estuvo insistiendo
durante días, quizá semanas incluso puede que llegara a meses; harto ya Andrei
lo denunció, por las palizas a Susana, por el acoso hacía la tía de su mujer y
la hija de ésta.
Entre tanto, Carlota
había empezado con una nueva novela, la segunda parte de “Las Gemelas” donde
narraba con un poco de fantasía, la historia de Sara y Laura. Las primas
estabas siempre en contacto incluso Sara conoció al tío de su hija, Paul, el hermano de su madre adoptiva, un chico poco
mayor que ella que quedó prendado de su sonrisa nada más verla. Las dos
familias se habían unido.
Pasado un tiempo,
Carlota quedó embarazada, ya llevaba 6 novelas escritas, su tía se había casado
y vivía en el pueblo donde estaba su hija, a apenas 100 metros de su casa, ella
era su madre pero no quiso separarla de sus padres adoptivos.
Carlota tuvo a una
preciosa niña a la que llamó Julia pero Omar que hacía tiempo que había jurado
su venganza no la dejó disfrutar de esa niña y una noche aprovechando que
Andrei estaba fuera entró en la casa con dos matones y robó a la pequeña Julia
dejando a su madre malherida.
Cuando Andrei llegó
recibió una llamada de su tío, debía ayudarlo a convencer a Laura para ponerle
sus apellidos, para llevársela a su
casa, había dejado ir a Susana, necesitaba una mujer a la que poder maltratar
cuando llegara borracho a casa. Andrei no se lo pensó, llamó a Paul para
contarle lo sucedido y pedirle ayuda, el padre adoptivo de Laura escuchó hablar
a Paul y decidió ir con él, era un hombre mayor pero no estaba dispuesto a que
a su nueva familia le hicieran daño.
Juntos irrumpieron en
casa de Omar armados para poder llevarse a la pequeña Julia, no pretendían
hacer daño solo recuperar a la pequeña pero Omar los esperaba con dos hombres y
aún más armado.
Andrei buscó a su hija y rápidamente la sacó
de allí, a él no lo esperaban y no tuvieron tiempo de reaccionar; Omar intentó
dispararle por la espalda incluso con la pequeña en brazos pero Abraham, el
padre adoptivo de Laura, se interpuso en el camino que había entre Omar y
Andrei disparando a su vez al elemento que sin corazón, solo quería a su hija
para tenerla de criada. Omar cayó, sus hombres asustados huyeron; Abraham tuvo
tiempo a decirles a Andrei y a Paul que cuidaran de “sus chicas”.
Llegó al hospital pero
solo tuvo tiempo de despedirse de su mujer y su querida Laura. Julia llegó a
los brazos de su madre sana y salva, no dejaban de llorar viendo a la niña a
salvo.
Abraham fue enterrado
rodeado de su mujer y su hija que no estuvieron solas; tanto Sara, Paul, como
Carlota, Andrei y la pequeña Julia estuvieron allí en todo momento con ellas,
ayudándolas, sin evitar sentirse culpables por la muerte del padre de Laura,
aunque ellas no los culpaban, él había muerto por salvar una vida como salvó la
de Laura cuando la adoptaron.
Julia creció junto con
su nuevo hermanito Ben, Sara tuvo gemelos a los que llamó Abraham y Paul;
Carlota decidió dejar las novelas durante un tiempo para poder disfrutar de sus
dos niños, ya tenía tras de si 12 novelas, podía permitirse el lujo de estar un
par de años sin escribir nada. Andrei y Paul formaron una empresa que les ayudó
a comenzar una vida fructífera para ellos y sus hijos. Ana, la madre adoptiva
de Laura, murió a los 3 años de fallecer su marido pero su hija pudo darle la
satisfacción de casarse antes con un buen chico, humilde y sencillo, amigos de
Laura desde niños. Omar, que decir que no salió de aquella casa donde intentó
frustrar la vida de su pequeña sobrina y de su propia hija.
La familia siguió pero
quizá eso forme parte de otra historia… pero desde luego los ojos de Carlota
nunca más tuvieron esa mirada triste de antaño, tristes, rojos, de tanto
llorar, de tanto sufrir, ahora con Andrei y sus pequeños, su familia había
podido sonreír de nuevo pese a todo lo pasado
2008